“La liposucción cervical es una técnica muy poco invasiva y con resultados muy naturales. Sin embargo, es crucial realizarla bajo un diagnóstico y una indicación correctos.
Así pues, se trata de la técnica de primera elección cuando existe un discreto exceso de tejido graso cervical, pero debe complementarse con procedimientos más invasivos (lifting, platismaplastia…) cuando consideramos casos más avanzados.“
La liposucción cervical (o liposucción de cuello) es una técnica mínimamente invasiva para eliminar el exceso de grasa submental (la temida papada o doble mentón).
La intervención requiere de un estudio preoperatorio básico, no siendo necesario realizar ninguna preparación específica. Sí es necesario suspender el uso de fármacos anticoagulantes y antiagregantes (aspirina, etc.).
La intervención se realiza bajo anestesia local, aunque en ocasiones se complementa con sedación endovenosa para mayor confort.
La cirugía suele realizarse a través de un único punto de entrada bajo el mentón, que únicamente requiere un pequeño punto de sutura. Este abordaje permite el acceso a la grasa cervical, que se extrae mediante finas cánulas hasta lograr una adecuada definición de la línea mandibular y una reducción del volumen submental. Cuando existe laxitud cutánea, se recomienda realizar un Facetite (liposucción asisstida con radiofrecuencia) para evitar generar una bolsa cutánea.
La duración de la intervención es de alrededor de 1 hora.
La recuperación de la liposucción cervical es relativamente ágil, aunque los resultados definitivos tardan en apreciarse, debido a los hematomas y la inflamación de los tejidos tratados, muy variables en función de lo extensa que haya sido la intervención. Se recomienda liberar la agenda de compromisos sociales durante los 10 días posteriores a la intervención.
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