“El lipofilling constituye actualmente un tratamiento en auge, pues permite la restauración de vólumenes con tejido autólogo, por lo que la posibilidad de rechazo es virtualmente imposible.
En mi opinión es el procedimiento de elección cuando el volumen a recuperar es significativo y se buscan resultados a largo plazo. ¡Además nos brinda la oportunidad de reducir grasa en el abdomen o los muslos!“
El término lipofilling se refiere al uso de grasa autóloga (propia) como relleno. Se conoce también como transplante autólogo de grasa o transferencia de tejido adiposo, y fue descrito en la década de los 80 por el Dr. Sydney Coleman. Se trata de un procedimiento en el que se realiza inicialmente una liposucción (abdomen, muslos…) y posteriormente, tras procesar la grasa, se inyecta a modo de relleno.
A pesar de obligar a trabajar en dos zonas distintas (zona donante y zona receptora), se trata de un procedimiento mínimamente invasivo con resultados apreciables desde el primer momento.
La intervención requiere de un estudio preoperatorio básico, no siendo necesario realizar ninguna preparación específica. Sí es necesario suspender el uso de fármacos anticoagulantes y antiagregantes (aspirina, etc.).
La intervención se realiza bajo anestesia local, aunque también puede complementarse con sedación endovenosa.
En el primer tiempo de la cirugía se procede a realizar la liposucción, de forma a lograr suficiente volumen de grasa para infiltrar. Una vez finalizada ésta, es imprescindible realizar un correcto procesamiento de la grasa, de forma a eliminar todas las partículas tóxicas y adecuar el tamaño de las partículas a la zona que se quiere rellenar. Finalmente, y bajo anestesia local también, se realiza el relleno, habitualmente en pómulos, mentón e incluso fosas temporales. La infiltración se realiza mediante microcánulas, por lo que las cicatrices suelen ser imperceptibles.
La duración de la intervención oscila entre 1 y 1.5 horas.
El lipofilling es una cirugía mínimamente invasiva. Sin embargo, es habitual el desarrollo de hematomas, que duran alrededor de 10 días. Es importante resaltar que la zona donante deberá seguir unos cuidados específicos, en forma de faja compresiva.
Los resultados definitivos nunca son inmediatos. Esto es debido a que se produce una inevitable reabsorción de parte de la grasa injertada a lo largo de los primeros meses, que resulta variable según la técnica, el columen y facotres como el tabaquismo.
La duración de un injerto de grasa no siempre es permanente, y en ocasiones deben realizarse sesiones de mantenimiento a lo largo de los años. Sin embargo, la duración estándar es muchísimo mayor que la de cualquier relleno artificial, y además resulta mucho más natural al tacto por tratarse de tejido vivo.
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