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Mes: febrero 2021

¿En qué consiste la cirugía ortognática?

¿Se pueden eliminar las cicatrices del acné?

Sin duda, el acné es un problema en el momento en el que se padece, pero, además, deja secuelas en forma de cicatrices. Por eso, lo primero que les preguntamos a dos expertos en cuidado de la piel es lo siguiente: ¿se puede prevenir la aparición de dichas marcas?, ¿cuál es el tratamiento?  “Hasta no hace mucho, lo que siempre se recomendaba era no manipular las lesiones de acné para evitar la formación de cicatrices. Si bien esto es cierto (¡no se deben tocar las lesiones!) se ha visto que hay pacientes con lesiones poco inflamatorias, pequeñas, que no se manipulan… y que aun así cada ‘granito’ que tienen les deja cicatriz. Hay una predisposición genética al desarrollo de cicatrices, por distintas moléculas que afectan a la capacidad de regeneración de la piel, por lo que no siempre es fácil prevenirlas. Cuanto antes se empiecen a tratar, mejor”

La importancia de actuar pronto

La prevención y una actuación temprana frente a este problema es fundamental. “Para prevenir las marcas de acné es importante hacer un buen tratamiento y disminuir el componente inflamatorio de la enfermedad. Ante un brote de acné, deberíamos acudir a un especialista para que valore el problema y nos aconseje el mejor tratamiento”. Y es que está claro que, en este caso, más vale prevenir.

Para acnés en fases iniciales bastará con tratamientos tópicos en geles y cremas. “Si el acné es moderado y con lesiones ya marcadas vienen muy bien los antibióticos orales del tipo de las tetraciclinas y van a ser muy eficaces en gente joven. En el acné adulto tienen peor respuesta. Para mujeres en edad adulta habrá que recurrir a tratamientos antiandrogénicos, porque muchas veces el acné tiene un componente inflamatorio intenso por las alteraciones hormonales y en estos casos hay que hacer tratamientos con espironolactona o con anticonceptivos”, nos detalla.

-Luego nos encontramos con los casos más severos de acné, en los que hay que recurrir a un derivado sintético de la vitamina A que es la isotretrinoína. “Es el tratamiento antiacné más eficaz, es muy bueno, pero hay que hacer controles hepáticos porque en dosis altas puede alterar las enzimas hepáticas y el colesterol. Por otra parte, para reducir el componente inflamatorio existe la terapia fotobiónica o biofotónica, que son luces que favorecen que disminuya el componente inflamatorio y que se vaya resolviendo el problema en la etapa activa. Es importante también para evitar las marcas, tener la piel muy hidratada y usar cosmética de limpieza por la mañana y por la noche”.

¿Hay distintos tipos de marcas producidas por el acné?

“Podemos distinguir marcas atróficas, hipertróficas y queloideas. Las queloideas son cicatrices gruesas que salen de la zona de la lesión inicial, son más típicas de otras patologías, pero sí que existen relacionadas también con el acné. Las más frecuentes son las atróficas o en pica-hielo, que son hundimientos en la piel, que van acompañados con mala calidad cutánea y poca elasticidad. Y las hipertróficas, que son elevaciones en la piel rosaditas. Aparte de cicatrices suele haber hiperpigmentaciones que pueden irse solas pero que a veces requieren tratamientos despigmentantes”, nos detalla.

¿Se pueden eliminar?

Una vez que tenemos el problema, que la cicatriz aparece, ¿podemos acabar con ellas? En este caso, el doctor es claro: “Nunca hablamos de ‘eliminar’ cicatrices, sino de ‘mejorarlas’, ya que, sobre todo en el caso de las atróficas, es complicado que se eliminen por completo; sin embargo, al tratar las manchas rojas, sí podemos conseguir un aclaramiento completo o casi completo. Para ello utilizamos principalmente láseres (vascular para las rojas, y fraccionados ablativos y no ablativos para las atróficas), y otras técnicas como la subcisión (insertar una aguja o cánula para ‘despegar’ el tejido fibrótico que tira hacia abajo de la piel), incluso si las cicatrices son pocas, se pueden ‘extirpar’ con cirugía”, nos detalla.

En líneas generales, podemos decir que se pueden mejorar todas las cicatrices con tratamientos adecuados, pero no se van a eliminar del todo, en los casos de cicatrices atróficas y sobre todo si llevan mucho tiempo, es difícil”, nos cuenta la doctora. “Las hipertróficas es más fácil que sí se eliminen del todo. Cuanto antes se traten mejores resultados obtendremos, así que lo mejor es ponerse en manos de un buen profesional que valore el tipo de cicatriz y cuál es el mejor tratamiento para mejorarla o eliminarla del todo”, añade.

Los tratamientos más adecuados

Les preguntamos a los expertos qué tratamientos son los más adecuados para conseguir eliminar la cicatrices causadas por el acné. “El tratamiento de la cicatriz va a depender de cómo sea la cicatriz”, nos cuenta la doctora.

  • En su opinión, si son cicatrices suaves, en primer lugar, aconsejamos un tratamiento de hidratación, para dar elasticidad a la piel, y segundo, podemos recurrir a los rodillos de microagujas que van pasando por la piel estimulando la formación de colágeno (si ponemos algún producto químico que estimule esa regeneración cutánea, aún será mayor). También se pueden hacer peelings químicos suaves del tipo ácido salicílico y microdermoabrasión.
  • Para cicatrices más importantes, se puede recurrir a peelings más profundos como ele de tricloroacético o tratamientos más intensos con láser. “En este sentido tenemos que distinguir las cicatrices atróficas de las hipertróficas. Para las atróficas podemos usar ácido hialurónico, rellenado cada uno de los huecos, así elevamos el hundimiento, estimulamos la síntesis de sustancias alrededor de la cicatriz favoreciendo la calidad de la piel. Y también con láseres CO2 en un aspecto ablativo o no ablativo, bien para reducir los hundimientos, bien para estimular la formación de colágeno y elastina y del hialurónico a ese nivel. En el caso de las cicatrices hipertróficas, podemos recurrir a la inyección de corticoides, bien directamente o bien previa crioterapia, congelando la zona de la piel e inyectando el corticoide después. En estos casos la respuesta al tratamiento es lenta, hay que tener paciencia”, nos cuenta la doctora, que añade que también se puede usar el láser tipo Switched para evitar las hiperpigmentaciones que quedan sobre las cicatrices.
  • Y una vez que mejoran, qué tenemos que hacer?

    Es una duda que les surge a muchos pacientes: una vez que las tratamos y conseguimos que mejoren, ¿no vuelven a aparecer? ¿Qué cuidados requiere la piel a posteriori? “Una vez que hemos tratado una cicatriz de acné y hemos conseguido un buen resultado, la cicatriz no vuelve a aparecer. Pero si el acné está activo pueden volver a aparecer otras cicatrices, así que habrá que prevenirlas con las medidas que hemos comentado”, nos cuenta la doctora. “Respecto a los cuidados de la piel después de los tratamientos de las cicatrices: hay que ser muy estrictos con la higiene facial para que no haya colonización de bacterias en la piel y usar agentes hidratantes que den elasticidad a la piel de tal manera que esté muy jugosa y que el aspecto sea mejor. También se pueden seguir usando láseres no ablativos que estimulen la formación de colágeno o tratamientos de redensificación cutánea con ácido hialurónico para continuar mejorando la calidad de la piel. En casa podemos usar cremas con ácido azelaico de mantenimiento y, por supuesto, esencial utilizar a diario protección solar, incluso en invierno y si está nublado”, nos explica la experta.

    Tras cada sesión de láser, dependiendo de cuál se haya utilizado, puede ser necesario emplear cremas con antibiótico, antiinflamatorios, cremas reparadoras… Lo más importante para que no vuelvan a aparecer las cicatrices es tener controlado el acné, ya sea con tratamiento tópico, oral, combinado…

    ¿Y si aparece un nuevo brote de acné, cómo debemos actuar? “Si aparece un brote nuevo de acné hay que acudir al especialista, para poner en marcha los tratamientos de los que hablamos al principio para evitar que haya inflamación y prevenir así las cicatrices”, nos cuenta la doctora . La clave,  es acudir cuanto antes al dermatólogo, para que indique uno u otro tratamiento para atajarlo cuanto antes y minimizar el riesgo de nuevas cicatrices.

    Fuente: Hola

¿En qué consiste la cirugía ortognática?

Operación de cuello y papada, ¿cómo y cuándo se realiza?

Te explicamos en qué consiste la intervención estética para reducir la papada, en qué casos está indicado y qué otros retoques puedes realizar para afinar el rostro

La operación de cuello es una intervención de cirugía estética muy frecuente en estos años, ya que el abultamiento que se sitúa bajo el mentón, es uno de las preocupaciones más habituales de nuestro siglo. La papada, que así se denomina popularmente, suele aparecer a partir de los 35 años. La propensión genética, la edad, o el exceso de peso suele estar entre las causas más comunes de su aparición.

¿Qué podemos hacer si tenemos papada y queremos eliminarla y, además, afinar el rostro? Existen diversos motivos por los que se puede realizar esta intervención.

Acumulación de grasa (papada)

El tejido graso, situado bajo el mentón, se puede eliminar bien a través de una pequeña cánula de liposucción o de una incisión bajo este, desde donde se hará, con ayuda de medios e iluminación adecuados, la extirpación de la grasa que ocasiona el problema y que, a veces, no es superficial, sino que está bajo el músculo cutáneo del cuello o platisma. Si existe flaccidez puede ser necesaria la realización de un estiramiento para que no quede la piel floja.

Por su parte, la lipoaspiración a nivel cervical es muy útil para mejorar el ángulo del cuello, eliminando el doble mentón particularmente conocido como “papada”. Puede practicarse como procedimiento aislado, en aquellos casos en los que exista una piel y tejido muscular con buenas condiciones de tono y elasticidad. De lo contrario, lo ideal sería combinarlo con un lifting facial.

Pseudopapada por hipoplasia de mentón

Este problema estético puede deberse, más bien, a un mentón insuficiente que, debido a su falta de desarrollo, propicia que el cuello se vea menos definido y dar la falsa impresión de ‘papada’.

Se puede abordar de distintas maneras: mediante un avance del mentón con cirugía ósea, un implante adecuado para conformar mejor el mentón, o más frecuentemente, hoy día, mediante el empleo de grasa del propio paciente (lipofilling), que inyectada en la forma y volumen adecuado, contribuye a mejorar de una forma relativamente simple y definitiva el problema estético.

Flaccidez

La flaccidez requerirá de un estiramiento o lifting más o menos amplio en función del grado de flaccidez o los problemas asociados (grasa, bandas, etc.,). Las incisiones se realizarán en la parte posterior de la oreja y hacia el pelo.

El lifting es una cirugía encaminada a corregir la flaccidez de los tejidos mediante su reposición a su correcta posición anatómica. Se suele acompañar de otras técnicas como la cirugía de párpados o reposición de volúmenes perdidos como pómulos, mentón etc., o eliminación de grasa en cuello. Su indicación es la flaccidez consecuencia de la edad o circunstancias genéticas o adquiridas, como puede ser el daño solar etc.

La duración de la intervención dependerá del caso particular del paciente, en función de su situación y lo que haya que hacer y de las zonas a tratar. Un lifting completo incluye el tercio superior o frente, la cara y cuello.

La duración de los resultados también varía en función de las características del paciente, fundamentalmente la calidad de la piel y la estructura esquelética. «Lo ideal es en personas con signos de flaccidez, no muy acentuados, en la década de los 50 o un poco antes ya que la piel es más elástica y los cambios son menos aparentes y se reponen antes. Los resultados en mayor edad son obviamente más significativos», señala el experto.

Pueden darse moratones  por sangrado de pequeños vasos durante la cirugía. La absorción de estos puede durar entre cinco días y dos semanas. El especialista valorará si es necesario drenarlos.

Más retoques para afinar el rostro

Además de la operación de cuello, se pueden realizar otras intervenciones para mejorar la apariciencia del rostro.

Para marcar los pómulos. Para ello se inyecta hidroxiapatita cálcica, un material reabsorbible que estimula el propio colágeno.

Bichectomía. Consiste en la extracción de la grasa de los mofletes para afinar el rostro, marcar más los pómulos y proporcionar una cara más angulosa. La intervención consiste en dos incisiones en el interior de la boca, una a cada lado, a la altura de la parte intermedia; se extraen las bolas, y el resultado es permanente, pues dicha grasa no se vuelve a reproducir.

Además, se puede mejorar el perfil con una rinoplastia para afinar la nariz; blefaroplastia, para eliminar las bolsas. En este caso se suele utilizar la técnica la técnica Don´t Touch, en la que las incisiones quedan por dentro y, por tanto, no se ven, no hay secuelas. Por último, se puede recurrir al bótox para reducir las arrugas de expresión y las patas de gallo.

Riesgos y complicaciones de una operación

Como cualquier intervención de cirugía estética que requiera anestesia local con sedación o general, hay unos riesgos. Sin embargo, se reducen realizando un preoperatorio que incluye un análisis de sangre y, en general, un electrocardiograma para conocer el estado de salud del paciente. Asimismo, será necesario comunicar al médico cualquier medicación que se esté tomando o si se ha padecido alguna enfermedad.

La duración de los tratamientos suele oscilar entre dos y cuatro horas. La recuperación suele ser buena. Aunque, en el caso del lifting, por ejemplo, puede haber «un dolor mínimo que cede con la medicación analgésica que prescribirá el cirujano. También puede notarse una sensación de tirantez. Es, asimismo, normal cierta inflamación en la cara y ojos y, ocasionalmente, equímosis (cardenales), que pueden aumentar al segundo día de la intervención. El acorchamiento y la disminución transitoria de la sensibilidad, a nivel de las zonas intervenidas, se recuperará en el plazo de unas semanas o meses», concluye el especialista.

Fuente: Hola