¿Cómo iluminar una piel apagada?

¡Descubre la utilidad del tratamiento!

Con el paso de los años y, sobre todo en esta época de sol y calor, nuestra piel va perdiendo luminosidad. Pero esto no son los únicos factores que afectan a nuestra piel. Independientemente de la edad, dormir poco, beber poca agua, una mala alimentación y hábitos nocivos (tabaco, alcohol), son factores que también pueden apagar nuestra piel.

Por esto, conscientes de que pequeños cambios en nuestra rutina diaria pueden hacernos recuperar nuestra luminosidad, hemos recopilado una serie de hábitos para que tengáis en cuenta:

Limpieza: la limpieza – por la mañana y por la noche- es necesaria para eliminar el sudor, la suciedad y el maquillaje. Puedes utilizar gel limpiador suave, para que no reseque tu piel, o agua micelar.

Tónico: el tónico facial, además de refrescar tu piel y cerrar los poros, reequilibra su pH tras el desmaquillado.

Crema hidratante: es importante elegir una crema hidratante que se adapte a tu tipo de piel, y aplicar de día y de noche. Se aconseja combinarlo con un hidratante para el contorno de ojos.

Vitamina C: los productos con vitamina C aportan antioxidantes, vitaminas y protección frente a los radicales libres.

Crema solar: ¡Importantísimo! Existen muchas cremas hidratantes, incluso maquillajes con factor de protección solar. Pero en el caso de que esa protección sea baja (menor de 15), se recomienda utilizar cremas de protección solar, sobre todo en esta época de calor y días soleados.

Descanso: una buena higiene del sueño también mejora la calidad de la piel. Dormir poco y mal puede pasar factura. Además de los signos de cansancio, no descansar, a la larga, puede provocar un envejecimiento cutáneo. Cuando descansamos, nuestras células de la piel se renuevan, y se regula la síntesis de colágeno, que es el encargado de proporcionar firmeza a la piel.

Evitar hábitos nocivos, como el tabaco: los cigarrillos tienen toxinas que van destruyendo las células de la piel, lo que deriva en un envejecimiento prematuro.

¡Hidrátate! Aunque tu rutina de hidratación sea buena, si no bebes agua, tu piel irá deshidratándose, lo que se traduce en una piel más envejecida a largo plazo.