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Dr. Mazarro - Especialista en Lifting Facial y Cervical
Dr. Mazarro

Especialista en Lifting Facial y Cervical


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Qué es una lipoescultura: diferencias con la liposucción y riesgos de la intervención quirúrgica


 

La lipoescultura es un tipo de cirugía estética que se centran en el contorno del cuerpo con el objetivo de corregir aquellas zonas corporales concretas en las que se acumula la grasa, la cual suele ser resistente incluso a las dietas alimentarias.

Aunque se confunde en muchas ocasiones con la famosa liposucción y los dos términos se usan indistintamente, hay algunas diferencias entre ellas, además de que esta intervención quirúrgica, al igual que todas, posee algunos riesgos que se deben conocer.

¿Qué es la lipoescultura?

La lipoescultura consiste en hacer una intervención quirúrgica para remodelar el cuerpo, extrayendo la grasa de ciertas zonas donde pueda estar localizada. Esta operación puede durar entre una y tres horas, aunque depende de la cantidad y y la zona.

Tal y como indican desde Quirón Salud, los pasos de la lipoescultura pasan por: 

  1. Realizar una pequeña incisión para introducir una cánula de liposucción. El otro extremo de la cánula se une a una máquina que produce vacío o a una jeringa especial.
  2. El cirujano mueve la cánula entre los depósitos grasos, disolviéndola y succionándola.
  3. A veces se realizan incisiones adicionales en zonas poco visibles para eliminar todos los depósitos de grasa.

Diferencias entre liposucción y lipoescultura

En primer lugar hay que saber que toda aquella intervención que consista en disolver la grasa localizada en alguna parte del cuerpo y se extraiga a través de una cánula por un efecto de succión debe ser llamada liposucción.

Teniendo esto en cuenta, basta con explicar que la lipoescultura tiene un matiz respecto a la liposucción: el de remodelar el cuerpo. Así lo explican desde Sanitas, donde recogen que es por eso que el término contiene la palabra ‘escultura’. 

Esto no quiere decir que se trata de eliminar la grasa de las zonas donde sobra, algo que puede ser así en algunos casos, mientras que en otros se puede usar la grasa sobrante para ponerla en otros lugares y darle al cuerpo una determinada forma.

Riesgos de la lipoescultura

Los resultados de la lipoescultura son inmediatos, aunque la recuperación es gradual. Así, se debe comenzar a estar activo lo antes posible, ya que cuanta más actividad hay, mayor y más rápida es la recuperación.

Concretamente, se debe saber que tras esta operación el cuerpo se nota más pesado, mientras que las áreas afectadas estarán inflamadas y tendrán hematomas.

Además de esto, la Sociedad Estadounidense de Cirujanos Plásticos recoge una serie de riesgos que conviene conocer respecto a las liposucciones: 

  • Figura desigual, piel ondulada o flácida
  • Daño a la piel o nervios
  • Pigmentación irregular
  • Infección
  • Coágulos de grasa o de sangre
  • Pérdida excesiva o acumulación de líquidos
  • Mala cicatrización
  • Complicaciones con la anestesia
  • Decoloración o hinchazón de la piel
  • Dolor que puede persistir y cambios en la sensibilidad de la piel
  • Daños a estructuras internas tales como nervios, vasos sanguíneos, músculos, pulmones y órganos abdominales
  • Trombosis venosa profunda, complicaciones cardíacas y pulmonares

Hay ocasiones en las que se pierde una cantidad muy grande de peso y, además, en muy poco tiempo. “Esta es una situación cada vez más frecuente, pues por un lado nos encontramos con muy malos hábitos alimentarios ya desde la infancia en tantísimos casos, unidos a un cambio en las actividades del ocio cada vez más sedentario incluso en niños, tanta comida preparada, el no comer en casa… que conducen a que un porcentaje bien alto de la población, también en niños y adolescentes, muestren sobrepeso (recordemos, es sobrepeso a partir de un 25 de IMC, y obesidad por encima de un 30 de IMC). Y, por otro lado, los cánones de belleza y la sobreexposición en redes sociales preconizan estar muy delgados, denostando cualquier sobrepeso aunque sea mínimo. Lo del sobrepeso es ya un problema sanitario de primer orden. Esto hace que tanta gente, desde muy joven, emprenda dietas a veces mal llevadas (otras veces sí que cambian bien los hábitos) y se ponga a hacer mucho deporte para perder peso, y no es raro que chicos o chicas en la veintena nos refieran que han perdido mucho peso, diez, veinte, incluso muchos más kilos. Y a veces en varias ocasiones”, nos comenta la Dra. Maritina Martínez Lara, cirujano plástico y Vocal de Ética e Intrusión de la Sociedad Española de Cirugía Plástica, Reparadora y Estética (SECPRE).

Pero es que desde la SECPRE añaden que también han aumentado mucho las cirugías bariátricas, cada vez menos invasivas por el recurso a la laparoscopia que ha reducido enormemente la morbilidad de estas cirugías, y que varían desde las sencillas como el balón intragástrico, a las plicaturas o bandas gástricas, y ya hasta los bypass que tienen mayor complejidad (y eficacia si hay franca obesidad). Esto hace que cada vez haya más pacientes que han perdido peso de forma masiva, y no les queda entonces otra que reducir esos tejidos con cirugía plástica.

Flacidez y pérdida de elasticidad

Y es que con esas grandes pérdidas de peso, podemos encontrarnos con ‘daños colaterales’, como puede ser la aparición de problemas de flacidez en la piel, tal y como apuntan desde Clínica Opción Médica. En algunos casos, mediante la práctica de ejercicio constante se puede llegar a conseguir tensar la piel con el paso de los meses e incluso años. Sin embargo, como decíamos, en otros muchos casos la única solución es la cirugía estética, ya que se presenta como la forma más rápida y eficaz para eliminar el tejido sobrante que se acumula después de una gran pérdida de peso.

“Las pérdidas de peso dejan huella, de hecho, incluso pérdidas de 4-5 kilos si son repetidas o si tienen mala piel pueden dejar huella. Y pérdidas por encima de los veinte kilos siempre van a dejar su secuela en forma de flacidez o pérdida de elasticidad en una o varias partes del cuerpo, mayor o menor según la genética, edad, episodios de cambio de peso, embarazos, hábitos…”, apuntan las expertas de la SECPRE.

¿Dónde dejan huella los cambios de peso?

Las doctoras nos cuentan que es muy variable, en la cara a partir de ciertas edades, en el pecho en la mayoría de las mujeres (a menos que lo tuvieran muy pequeño, en cuyo caso sólo se vacía, pero no caerá), en abdomen, brazos, muslos, glúteos, espalda… Ni todas estas personas que han perdido tanto peso querrán hacerse cirugías ni las solicitarán o necesitarán en todas estas áreas.  Pero si la pérdida ponderal supera cifras tipo 30-40 kilos, sin duda, casi todas las áreas corporales lo van a acusar, a menos que tengan una genética envidiable.

“Al perder tanto peso se reduce considerablemente el panículo adiposo, pero en cierto momento, si es mucha pérdida o si la piel no es excelente en cuanto a elasticidad o capacidad de retraerse tras la pérdida de volumen, la piel no se retraerá al mismo nivel, quedando en exceso, flácida, descolgada, adelgazada, según los casos. Y el contorno facial o corporal no será el deseado o esperado. En casos de poca flacidez hay tratamientos médicos, conservadores, que pueden ayudar, pero si el exceso es importante ya sólo la cirugía podrá ayudar. Es muy frustrante para quien ha perdido peso con tanto esfuerzo, pero la naturaleza, nuestro cuerpo y las características de nuestra piel son así. Cierto es que la ganancia en salud es innegable, y siempre compensa pues lo primero es estar sanos, y el sobrepeso no trae más que enfermedades”, añaden.

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