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Mes: junio 2020

REDUCCIÓN DE ABDOMEN: ¿ABDOMINOPLASTIA O LIPOSUCCIÓN?

 

Estas intervenciones están indicadas para personas con exceso de piel flácida y acumulación de grasa en el abdomen, con las que se logra un abdomen firme y una cintura más estrecha. La intervención se encuentra entre las primeras cirugías estéticas elegidas por los españoles.

La intervención consiste en la extirpación del exceso de piel y grasa abdominal y en la corrección de la flacidez muscular para conseguir un abdomen más plano y firme y una cintura más estrecha. La abdominoplastia ocupa el quinto puesto dentro de las intervenciones de cirugía estética más realizadas en España, según datos de la Sociedad Española de Cirugía Plástica Reparadora y Estética (SECPRE). El tratamiento es muy demandado por personas que han tenido cambios de peso y entre las mujeres, después del embarazo.

¿Abdominoplastia o liposucción?

La abdominoplastia y la liposucción son técnicas totalmente diferentes y cada una se recomienda para un paciente diferente. Por su parte, la abdominoplastia requiere de una incisión por encima del pubis de cadera a cadera que permita la extirpación de la grasa y la piel. La liposucción, por su parte, requiere de una pequeña incisión en la zona a tratar y se succiona la grasa mediante unas cánulas muy finas. La liposucción es una cirugía menos invasiva, será necesario determinar el estado físico de una persona para aplicar uno u otro tratamiento.

Mientras, las personas que han tenido fuertes cambios de peso y presentan bastante acumulación de grasa en el abdomen, así como exceso de piel, deberán ser sometidas a una abdominoplastia. Pero si el paciente solo cuenta con pequeños acúmulos de grasa en zonas concretas de su cuerpo, el tratamiento idóneo sería la liposucción. No obstante, es algo que deberá valorar el cirujano estético, para lo que es fundamental que el paciente se asegure de la cualificación del profesional.

La intervención y el postoperatorio

Una intervención de abdomen o abdominoplastia suele durar entre 2 y 4 horas y se realiza bajo anestesia general. Una vez realizada la incisión entre cadera y cadera, se realiza una segunda incisión alrededor del ombligo para separarlo de los tejidos de alrededor. Es entonces cuando se tensan los músculos y la piel, se extirpa la grasa y piel sobrantes, y se recoloca el ombligo. De esta forma, se consigue un abdomen firme y una cintura más estrecha.

Por su parte, la miniabdominoplastia, aplicada en casos con menos exceso de piel y acumulación de grasa, suele durar entre 1 y 2 horas, solo requiere de una incisión por encima del pubis y suele ser mucho más pequeña.

Durante los primeros días tras la intervención, el paciente suele presentar molestias que irán desapareciendo con las indicaciones del médico. Es importante que el paciente comience a caminar tan pronto como sea posible.

El embarazo y la diástasis

La abdominoplastia es un tratamiento muy demandado tras el embarazo ya que la mamá ha experimentado cambios bruscos de peso y puede quedarle la piel flácida y descolgada.

Hay embarazadas, y también no embarazadas, que padecen diástasis, la separación de los músculos del abdomen a causa del gran aumento de peso. Esto provoca, entre otros síntomas, hinchazón abdominal, dolor lumbar, malas digestiones, estreñimiento, debilidad, fatiga, imposibilidad de coger pesos y dolor en el abdomen. Además de tratar de corregirla con ejercicio físico y una alimentación saludable, la abdominoplastia es la intervención quirúrgica indicada en estos casos.

La cicatriz importa y las estrías también

Normalmente, el paciente que se somete a una abdominoplastia ha experimentado oscilaciones de peso, lo que ha permitido la aparición de estrías. La gran ventaja es que, en la mayoría de ocasiones, las estrías por debajo del ombligo desaparecen en la intervención.

Pero si no es así, de forma complementaria y una vez curadas las suturas, el paciente podrá tratar las estrías con una crema específica.

También es posible mejorar y casi eliminar las cicatrices con la aplicación de tratamientos de tecnología láser. Nuestra clínica cuenta con la mejor aparatología láser de la actualidad, así como con un equipo especializado en su aplicación.

Fuente: vidaestetica

 

Tratamientos estéticos con bótox: para que está indicado y qué contraindicaciones tiene

 

Los tratamientos estéticos con toxina botulínica de tipo A, conocida comúnmente por su nombre comercial, Bótox, son, desde hace dos décadas, de los más demandados del mundo para atenuar las líneas de expresión y disimular así las arrugas. Su precio no demasiado elevado, sus efectos inmediatos -aunque temporales- y, sobre todo, que no hay que pasar por el quirófano lo convierten en un tratamiento estético con muchas ventajas. Sin embargo, al tratarse de un medicamento, tampoco está libre de efectos secundarios y contraindicaciones.

 

Qué es exactamente el bótox y cómo funciona

Conocemos a la toxina botulínica tipa A como Botox porque fue el primer nombre con el que se comercializó. Se trata de una sustancia, concretamente una proteína “generada por la bacteria Clostridium botulinum. Esta molécula interfiere en la transmisión nerviosa provocando una parálisis temporal y reversible de la musculatura”, explica la doctora. Esto explica que atenúe las arrugas dinámicas, es decir, aquellas que se producen por la expresión del músculo o contracciones musculares.

El Botox “interfiere con la conexión neuromuscular produciendo una parálisis temporal y reversible del músculo tratado. Esta parálisis temporal frena la aparición de las famosas arrugas de expresión, permitiendo la generación de matriz extracelular (colágeno, elastina, ácido hialurónico…) en la zona de la arruga, lo que suaviza o elimina las arrugas asociadas al envejecimiento o a expresiones utilizadas como estrés, tristeza o mal humor”, aclara la doctora.

No para todo el mundo

Aunque es un tratamiento muy seguro, la inyección con toxina botulínica está contraindicadas para algunos pacientes, especialmente “personas que presenten sensibilidad a la toxina o a cualquiera de sus excipientes y personas con miastenias, es decir que estén afectadas sus uniones neuro-musculares”, aunque son afecciones que suelen estar diagnosticadas previamente y no son muy frecuentes.

Tampoco deberían someterse a un tratamiento con Botox “las personas con infecciones en los lugares de inyección, que deberán esperar a la resolución de estas para poderse realizar el tratamiento”.

SECPRE (Sociedad Española de Cirugía Plástica reparadora y Estética) señala, además, que la toxina botulínica está contraindicada también en el embarazo, en pacientes tratados con anticoagulantes y en aquellos que padecen coagulopatías.

¿Puede ser peligrosa?

La toxina botulínica está producida por la bacteria Clostridium botulinum, que es la misma que produce botulismo, una enfermedad que suele trasmitirse a través de una intoxcación alimentaria y que puede llegar a ser muy peligrosa, por eso la OMS también advierte en su web sobre los posibles, aunque poco probables peligros de los tratamientos estéticos con Botox por este motivo.

La doctora, sin embargo, asegura que es complemente segura, “la toxina botulínica usada en los tratamientos de estética está altamente purificada y diluida en concentraciones muy lejos de la toxicidad que puede provocar la toxina generada directamente por la bacteria Clostridium Botilinum. Los casos de botulismo se producen por la ingesta de comida en la que está presente la bacteria o la toxina que esta genera. El tratamiento estético con toxina botulínica es un tratamiento seguro y el más eficaz contra las arrugas de expresión”.

Por ello, desde SEME (Sociedad Española de Medicina Estética) aconsejan ponerse siempre en manos de médicos profesionales para realzar cualquier tipo de tratamiento de estas características.

Fuente: 20minutos