Skip to main content

Mes: abril 2020

¿Se puede rejuvenecer y lucir un aspecto saludable únicamente corrigiendo las arrugas?

Ahora es posible con Profhilo®, también conocido como el ácido hialurónico inteligente, porque tiene una alta concentración de ácido con muy baja viscosidad, es decir, que logra una amplia difusión en las áreas más necesitadas. ¿Cuál es el resultado? En muy pocas sesiones la piel se revitaliza y luce rejuvenecida ya que ejerce su efecto sobre diferentes niveles y células de la piel (actúa sobre la producción de fibroblastos, queratinocitos y adipocitos)

Este novedoso tratamiento es perfecto para realizarse tras el verano, cuando la piel ha sufrido por los rayos solares, o una semana antes de cualquier evento. Así que ahora que se acercan las navidades y después la primavera donde aumentan las bodas y las comuniones, no renuncies a lucir un aspecto rejuvenecido y brillante. En tan solo una semana, con Prophilo® verás los resultados ya que tienen un efecto casi inmediato.

A la hora de tratar la piel es necesario no solo eliminar o matizar las arrugas, sino también conseguir que la piel recupere su calidad. Para ello es necesario optimizar al máximo los resultados de todos los tratamientos aplicados, logrando una buena sinergia entre ellos para así poder frenar los síntomas del envejecimiento.

Se han probado diferentes técnicas y productos para mejorar el aspecto y la calidad de la piel hasta dar con el idóneo. Se trata de un producto que sin duda les ha sorprendido porque en pon pocas sesiones la piel se revitaliza y luce rejuvenecida. Se trata de un ácido hialurónico desarrollado con tecnología avanzada, ejerciendo su efecto en diferentes niveles y células de la piel: actúa sobre la producción de fibroblastos, queratinocitos y adipocitos.

Gracias a este tratamiento se remodela y mejora la laxitud de la piel y está indicado para la flacidez de cara, cuello, brazos, e incluso en el rejuvenecimiento de las manos.

Tiene una alta concentración de ácido hialurónico con muy baja viscosidad, que logra una amplia difusión a las áreas más necesitadas por lo que también se le conoce como el “ácido hialurónico inteligente”.

Forma de uso

Para promover y remodelar los tejidos y la laxitud de la piel, se inyecta en cinco puntos de cada hemicara, conocidos como puntos BAP. Con estas infiltraciones se obtiene máxima eficacia, seguridad y una considerable mejora de la zona malar.

Se recomiendan tres aplicaciones, en la que la segunda aplicación se aplica cuatro semanas posteriores a la primera, y la tercera aplicación cuatro meses después de la segunda aplicación.

Fuente: expertosenmedicinaestetica

Lo que esconde el bruxismo

 

Desde migrañas y cefaleas hasta dolor en la columna vertebral, oídos, deformación del rostro e incluso vértigos y mareos, son algunas de las consecuencias que provoca el bruxismo. Relacionado con el estrés en muchos casos, esta afección no tiene una edad definida ni un perfil concreto de paciente: lo puede padecer cualquiera; es más, hasta el 80 % de la población lo podría padecer al menos una vez en la vida.

El bruxismo “es una enfermedad compleja que tiene su origen en una zona del cerebro que se llama sustancia nigro-estriatal y núcleos putaminales, que provoca una hiperactividad de los músculos masticadores”, explica el Dr. Francisco Riba. No es, como se pensaba antes, una enfermedad de los dientes; sino que son los dientes y la articulación témporo-mandibular (la que une la mandíbula al cráneo) las víctimas de este exceso de actividad muscular; y así lo considera la Asociación Americana de Medicina del Sueño, nos indica Riba.

Origen diverso y multifactorial

El bruxismo puede ser, según sus causas, de origen primario o idiopático, o bien de origen secundario. Hablamos del primario cuando no tiene una causa definida, ni se reconocen detrás otros problemas médicos; y suele relacionarse con la tensión y el estrés. En caso de poder rastrear un origen concreto y asociado a otras enfermedades, principalmente neurológicas (epilepsia, enfermedad de Parkinson, etc.) hablamos de bruxismo secundario.

De la misma manera, el bruxismo puede dividirse en diurno o nocturno según cuándo se produzca. En el último caso, la hiperactividad mandibular se produce mientras dormimos, por lo que es más complicado diagnosticar la enfermedad.

Según explican desde la Unidad de Cirugía Oral y Maxilofacial de Face Clinic, al igual que otras enfermedades y afecciones, el bruxismo se tipifica como una enfermedad multifactorial, en el que se combinan factores generales -estrés o trastornos del sueño- con factores locales, como la mala oclusión de la dentadura.

Es más común en niños

Es difícil determinar la prevalencia del bruxismo. Algunos estudios llegan a concluir que hasta el 80 % de la población padece bruxismo en algún momento de su vida; sin embargo, otros son mucho más cautos. Según el Estudio de Sanitas de Salud Bucodental de 2016, este trastorno suele manifestarse de forma particular entre los 4 y los 6 años, detectando también un incremento entre los preadolescentes, entre los 10 y los 12 años.

Según el estudio “Bruxismo del sueño. Actualización sobre mecanismos etiopatogénicos, diagnóstico y tratamiento”, publicado por la Sociedad Española del Sueño en 2014, y basándose a su vez en cinco estudios más, la media general que padece bruxismo del sueño es del 8 %; aunque “parecen existir diferencias significativas en cuanto a la edad en que se presenta, con rangos que van de un máximo del 40 % en niños menores de 11 años, un 13 % en sujetos de entre 18-29 años y un descenso a niveles de hasta tan solo un 3 % en mayores de 60 años”; por lo que se deduce que la prevalencia disminuye con la edad.

Los “chivatos” del bruxismo

Los criterios principales para el diagnóstico de bruxismo son el dolor facial o cervical, cefalea, apretamiento, rechinamiento y desgaste de los dientes. Además, “el dolor en la articulación temporo-mandibular o el aumento de tamaño de los músculos maseteros que provoca la aparición de la “cara cuadrada” como consecuencia de la hiperactividad muscular mantenida”, indica el Dr. Riba. Estas manifestaciones clínicas se confirman con la realización de una polisomnografía (PSG), aunque para tener un diagnóstico suele ser suficiente la historia clínica y la exploración. La PSG se reserva para casos extremos o en el contexto de otras patologías, como la epilepsia o la apnea del sueño.

‘Bótox’, un aliado más

Las soluciones más habituales para tratar este problema son las férulas bucodentales, ciertas técnicas fisioterapéuticas y algunos medicamentos. A estas soluciones contra el bruxismo se ha sumado otro comodín menos convencional pero altamente efectivo: las micro-inyecciones de toxina botulínica tipo A o ‘bótox’. Esta actúa provocando un bloqueo de los terminales de un neurotransmisor que se llama acetilcolina. Son muchas las enfermedades que se tratan con éxito gracias al bótox. “En el caso del bruxismo, aunque la “orden” sigue saliendo del cerebro, el encargado de ejecutarla, la musculatura masticatoria, está bloqueado. Esto frena la hiperactividad muscular y hace que desaparezca el dolor derivado de ella”, asegura el experto. La intervención debería repetirse al menos dos veces al año.

Fuente: expertosenmedicinaestetica